miércoles, 24 de junio de 2015

MARCO AURELIO EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «¿Se teme el cambio? ¿Y qué puede producirse sin cambio?.»

Meditaciones
168-180 d de C.



domingo, 14 de junio de 2015

CONCEPCIÓN ARENAL EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «Para la mayor parte de las cosas importantes que constituyen la prosperidad y el progreso de los pueblos modernos, no puede haber opinión pública cuando falta acción pública.»

La mujer de su casa
1883


jueves, 4 de junio de 2015

EL PODER DEL DESEO II

                Pero lo cierto es que hay demasiados miedos que se agarran a la realidad cual pústula, llegando a  ocultar su verdadera naturaleza.  Al pensar en la ausencia de Jean Jacques, lo primero que me asaltó fue el miedo al futuro, un futuro que no es ni más ni menos que la morada de los días concedidos al porvenir de nuestros hijos, que esperamos que sean muchos y muy venturosos.
                ¿Qué podéis esperar de una madre? Corren tiempos de una gran incertidumbre para toda una generación de jóvenes de gran talento. Miro a su alrededor y veo un mundo empobrecido, sumido en el estrés de una explotación salvaje, decantándose hacia el caos. Por más que intento no alimentar esta tormenta perfecta, hay demasiadas fuerzas conmoviendo el orden que hemos conocido.
                Es en esta circunstancia cuando nos encontramos Zenón, Emilio y yo en el salón y le transmito a nuestro hijo mis obsesiones. Sin embargo, la respuesta que obtengo no es la que esperaba. Me habla de un experimento con animales de laboratorio, de cómo los acostumbran a tomar agua con azúcar y, al cabo de unos días, disminuyen la proporción de azúcar hasta provocar un estado de frustración por una expectativa no cumplida. Frente a éstos, sendas jaulas resultan ser morada de otros infelices a los que no han proporcionado la solución edulcorada. No esperan su ración de azúcar en el agua y, por tanto, no experimentan ningún tipo de frustración: no hay expectativa de “dulce porvenir”.
                “¿Qué crees que va a pasar con nosotros, mamá?” me dice Zenón. “¿Cuáles crees que pueden ser nuestras expectativas?”
                Emilio le observa y apostilla: “¿Cómo es posible que no seamos capaces de ver el mundo con vuestros ojos?... ¿Incluso de vernos a nosotros mismos con vuestros ojos?”